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28-03-2024
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Interpretación del Qur’an –Sura al-Baqarah (de la Vaca) “2”: lección n°6 – ayaat (Versículos 8 – 12). El mayor peligro que amenaza a los musulmanes es la hipocresía y los hipócritas.
   
 
 
En el nombre de Al-lah El Misericordioso El Compasivo  
 

 Queridos hermanos continuamos con la sexta lección sobre la sura al-Baqarah.

El creyente, el incrédulo y el hipócrita:

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 Queridos hermanos, al comienzo de esta sura Allah describe a los creyentes en unas pocas ayaat, a los incrédulos en dos, y a los hipócritas los describe en trece ayaat ¿Por qué esta diferencia?
Porque la situación del creyente está clara lo mismo que la del incrédulo. El creyente cree en Allah, y su coraje le lleva a seguir el din de Allah. Muchos de ellos no han sacrificado gran cosa y, sin embargo, han recibido una gran recompensa. La situación del incrédulo también está clara, su coraje le lleva a rechazar el din de Allah, y también por ello ha recibido su recompensa. El creyente, en su actitud, es coherente consigo mismo de la misma manera que lo es el incrédulo. Hay una diferencia, no obstante, entre las actitudes de ambos: el creyente es coherente consigo mismo y con la verdad, mientras que el incrédulo no es coherente con la verdad aunque lo es consigo mismo. Por lo tanto, ambas actitudes están claras. Por el contrario, la actitud del hipócrita es ambigua; se trata de una persona altamente peligrosa, misteriosa, que no actúa según su propio discurso. La actitud del creyente, como ya hemos visto, es clara; todo en él es bueno; abunda en la generosidad. También la posición del incrédulo es diáfana pues tiene el coraje de mantenerse en su creencia y rechazar el din de Allah. Sus malas acciones están limitadas por el hecho de que las realiza a la luz del día, no las esconde. Sin embargo, el hipócrita es mucho más peligroso que el incrédulo. Hace creer que es de los creyentes cuando en realidad está con los incrédulos. Juega a dos bandas, por eso dice el Altísimo:

Verdaderamente los hipócritas estarán en el nivel más bajo del Fuego

Sura de las Mujeres, ayat 145

 El hipócrita adopta las características del creyente, de forma que es tratado como si fuera uno de ellos, engañándoles y beneficiándose de los incrédulos. Por ello, estará en el lugar más bajo del infierno. No en vano, Allah ha dedicado trece ayaat para describir a los hipócritas; muchas más que para describir a los creyentes y a los incrédulos.

La hipocresía es el fenómeno más peligroso en la vida de los creyentes:

 Queridos hermanos, es cierto que a veces Allah debilita a los creyentes y otras los fortalece. Cuando los creyentes son débiles aumenta el número de los incrédulos, ya que no tienen a nadie a quien temer; pero cuando los creyentes son más fuertes, lo que crece es el número de los hipócritas.
En los primeros tiempos del Islam no había hipócritas en Mekka, ya que los musulmanes eran todavía muy débiles y los incrédulos no temían revelar, delante de todo el mundo, su incredulidad; incluso se permitían la osadía de insultar al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él) acusándole de estar poseído, de ser un mero poeta, de ser un mentiroso… sin que por ello temieran las represalias de nadie. En Medina, sin embargo, la situación era muy diferente; los musulmanes se habían convertido en una potencia temible, razón por la cual apareció otro tipo de personas: los hipócritas. Veían que para su propio bien debían aparentar que apoyaban a los creyentes, cuando en realidad ayudaban a los incrédulos. Por ello, lo más peligroso en la vida de los musulmanes es la hipocresía. Dice Allah:

Cuando se encuentran con los que creen, les dicen: Creemos. Pero cuando se quedan a solas con sus demonios, les dicen: La verdad es que estamos con vosotros y sólo queremos burlarnos. Allah se burlará de ellos y los dejará vagar errantes fuera de los límites.

sura de al-Baqarah, ayaat 14 y 15

Culparnos a nosotros mismos de hipocresía, es una buena señal:

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 Queridos hermanos, culparnos a nosotros mismos de hipocresía es señal de un alma noble. Uno de los Tabiin (los que conocieron a los Compañeros del Profeta, pero no al Profeta mismo) dijo en una ocasión: “me encontré con 40 compañeros del profeta, no había ni uno solo de ellos que no se culpase a si mismo de hipocresía.”
 El creyente revisa cada uno de sus actos infinidad de veces al día por temor a ser un hipócrita; sin embargo, el hipócrita podría vivir 40 años sin sentir, ni por un momento, que es uno de ellos.
La hipocresía es un tipo de esquizofrenia, pues adopta dos personalidades, una que aparenta honradez y bondad, y otra que es incrédula y trasgrede todos los límites.
 En sus reuniones con los musulmanes ves al hipócrita muy interesado haciendo preguntas bien planeadas y dando opiniones, pero su único propósito es aprovecharse de los creyentes. Dice Allah:

Hay hombres que dicen: Creemos en Allah y en el Último Día, pero no son creyentes.

Sura al-Baqarah, ayat 8

El valor de una persona reside en sus actos, no es sus dichos:

 Muchas personas te pueden decir: Creo en el Último Día. Pero si indagas un poco en sus vidas verás que no hay ni un solo acto que corrobore esta creencia; y si buscas en su forma cotidiana de actuar, no encontrarás nada que te confirme que esta persona teme al infierno: gana dinero ilícitamente, persigue sus intereses de cualquier forma usando la mentira y la estafa, pero al final pretende ser un creyente. Por ejemplo, una persona consigue comprar una casa por 700.000 liras, cuando en realidad valía 7.000.000, siguiendo procedimientos ilícitos; no obstante, sueles verle en la mezquita haciendo la salah. Hay otras personas que cuando están en su país actúan de una manera, y cuando van a otro actúan de manera totalmente distinta; como esa mujer que normalmente lleva el velo en su país, pero se lo quita cuando está fuera y ninguna persona conocida la puede ver. Esto significa tener una doble personalidad, esquizofrenia, hipocresía. No olvidéis hermanos que los hipócritas estarán en el nivel más bajo del infierno.

Tipos de hipocresía:

 La debilidad ante los vicios y las tentaciones es uno tipo de hipocresía. Esta clase de personas que tienen poca voluntad para resistir las tentaciones pueden ser rehabilitadas por Allah. Durante la época del Profeta había muchos casos como estos, pero Allah les perdonó a todos. El tipo de hipocresía utilizado para conseguir objetivos terrenales ya no es considerado hipocresía sino incredulidad y entra en el tipo de personas que:

A los que se niegan a creer, es igual que les adviertas o que no les adviertas, no creerán.

Sura al-Baqarah, ayat 6.

O los: hombres que dicen:

Creemos en Allah y en el Último Día, pero no son creyentes.

Sura al-Baqarah, ayat 8.

La hipocresía es una puesta en escena:

 Dice Allah en la sura de Muhammad, ayat 19:

Sabe que no hay dios sino Allah

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 Aquí no se utiliza el verbo « decir » sino « saber » porque decirlo es algo muy fácil. Las personas hipócritas son inteligentes, saben cómo interpretar y disimular; pueden persuadirte fácilmente de que son personas creyentes mediante sus gestos, sus actos y sus artimañas, sobre todo cuando se trata de matrimonio: él finge que es una buena persona, y ella finge que estudia el Qur’an, teme a Allah e incluso lleva velo, pero una vez contraído el matrimonio todo cambia, se convierten en otras personas. De ahí podemos deducir que el hipócrita es un intérprete muy inteligente que sabe cómo actuar en cada circunstancia.

Las personas se definen por sus actos:

 El ser humano se evalúa solamente por sus actos. Alguien puede decir que cree en algo sin que sus actos lo demuestren. El propio comportamiento del hipócrita nos revela que no cree en el paraíso ni en el infierno. Os juro por Allah que si una persona cree sin ninguna duda en la existencia del castigo y del infierno, dudará mil veces antes de gastar un solo céntimo obtenido ilícitamente.
Dice Allah:

Y por tu Señor que les pediremos explicaciones a todos sobre sus actos.

sura de Al Hiyr, ayaat 92-93

Dice también:

ése será un día difícil, nada fácil para los incrédulos.

Sura del Arropado, ayaat 9-10

La fe es un acto y un compromiso:

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 Decir una cosa y actuar de otra forma, es hipocresía. Cuando el creyente entiende exactamente lo que significa tener iman, éste se traduce en dos grandes señales: servir a los demás, y juzgarse a si mismo minuciosamente; por eso decimos que el iman es acto y compromiso. Dice Allah:

Y los que creen y no emigraron, no debéis protegerlos hasta que emigren.

Sura de los Botines de Guerra, ayat 72

 El iman es movimiento y es acto; no existe un creyente estático que no actúe cuando ve algo malo. El verdadero iman es convicción, trabajo permanente y ejecución de los mandatos.
Dice Allah en la sura de La Evidencia, ayat 7:

Pero los que creen y llevan a cabo las acciones de bien

Más de doscientas veces viene mencionada en el Qur’an la palabra “Iman” junto a la palabra “obras”.

Allah honró a los creyentes al considerar que sus enemigos son también los Suyos:

 “Engañan a Allah”, la verdad es que engañan a los creyentes, pero Allah para honrarlos considera que este engaño va dirigido a él, y que los enemigos de los creyentes son también Sus propios enemigos. De la misma manera, considera que apreciar a los creyentes es un signo de amor a Él. Dice Allah en la sura de los Grupos, ayat 53:

Di: ¡Siervos míos!

 Es un honor para toda la humanidad el haber utilizado el adjetivo posesivo « mios », o sea que Allah considera al creyente parte de Él, por eso sus enemigos son también los enemigos de Allah. Dice Allah en la sura al-Baqarah, ayat 9:

Pretenden engañar a Allah y a los que creen, pero sólo se engañan a sí mismos sin darse cuenta.

Si te privas del bien sólo te engañas a ti mismo:

 ¿Cómo se engañan a si mismos? Privándose del bien. Si una persona, por ejemplo, posee una cierta cantidad de un metal barato y persuade a otros con su inteligencia y artimañas que este metal es oro y le creen, ¿quién es el perdedor, él o ellos? Por supuesto que él es el único perdedor, pues al fin y al cabo qué posee realmente: nada. Una persona que te convence de su alto nivel académico cuando en realidad no sabe ni leer ni escribir, qué puede ganar con ser analfabeto: sólo vergüenza. Lo mismo ocurre con el hipócrita: se siente feliz cuando logra persuadir a los creyentes de que él también es creyente, pero qué valor tiene este logro: ninguno, pues al final será castigado por Allah, y entenderá entonces que solo se engañó a si mismo.

La relación con Allah:

 ¿Cuál será la relación con Allah de esa persona que engañó a todo el mundo y logró persuadirles de que era un creyente devoto? Tendrá duros castigos y exámenes difíciles de pasar.
 Un día, durante un juicio, una persona muy inteligente logró persuadir a nuestro Profeta -que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él- de que dictaminase a su favor, y así lo hizo el Profeta, pero antes le dijo: “sin duda hay personas que son mas persuasivas que otras, si doy la razón a alguien basándome en sus alegaciones y éste sabe que no tiene razón, es como si le diera un trozo del infierno ¡que no lo coja!” Es decir, esta persona, al fin y al cabo, no ganará otra cosa que el infierno.

Allah sabe nuestras intenciones, nuestras motivaciones y nuestros objetivos:

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 Si alguien te invita a un almuerzo y tu llevas dos días sin probar bocado, pero le persuades de que acabas de comer y no tienes hambre, seguramente te creerá y se sentará a comer mientras tú le miras; ¿Quién engañó a quién? ¿Qué has ganado con tus mentiras? No es más que una actitud estúpida por tu parte. Lo mismo pasa con el hipócrita: pretende ser una persona determinada, pero Allah conoce todas las cosas, conoce tus intenciones, tus motivaciones, tus objetivos, tus aspiraciones, tus engaños…etc. ¿Quién engaña a quién? Dice Allah en la sura de Ibrahim, ayat 46:

Y advierte a los hombres del día en que les llegue el castigo y digan los que fueron injustos: !Señor nuesstro! Concédenos un breve aplazaiento para que respondamos a Tu llamad y sigamos a los mensajeros.¿No jurásteis anteriormente que no íbasis a pasar a otra vida?
consiga mover montañas.*

El ser humano se salvará del castigo de Allah obedeciéndole:

 Existen familias que a la hora de que alguno de sus miembros contraiga matrimonio organizan la celebración en dos fases: la primera, invitando a ulemas y personas honestas para demostrar a la gente que son familias conservadoras y respetables; luego viene la segunda fase consistente en una gran fiesta con alcohol, bailarines, y todo tipo de desmadres. Al invitar estas familias primero a los ulemas ¿se salvaron del castigo de Allah? En absoluto. Puede que hayan persuadido al resto de invitados de que son familias religiosas, pero ante Allah eso no sirve de nada; la salvación solo se consigue obedeciéndoLe.
Un día, un hombre entró en la oficina de un abogado; éste para demostrarle que era una persona importante fingió hacer varias llamadas a gente de mucho poder; al acabar preguntó al hombre el motivo de su visita y éste le contestó: ¡Vine para reparar el teléfono!

La honestidad nos salva del castigo de Allah:

 Si el hipócrita fuera consciente de que es un hipócrita, dejaría de serlo. El problema es que no lo sabe, se piensa que es inteligente, perspicaz, pero no lo es. No finjas cosas que no existen, mantén una relación honesta con Allah.
Ochenta hipócritas no lucharon en una de las batallas que libró el Profeta -que la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él- y cada uno de ellos inventó diferentes excusas para de esta manera obtener el perdón del profeta. El Profeta les perdonó a todos pero Allah, no, ya que sabía que habían engañado al profeta con falsos argumentos. Hubo uno, en cambio, que se llamaba Kaab Ibn Malek que no quiso engañar ni al profeta ni a Allah y le contó la verdad. Tras un tiempo de ostracismo en el que maduró su actitud y se arrepintió de ella de todo corazón, Allah le perdonó y le honró por su sinceridad.
Dice Allah en la sura al-Baqarah, ayaat 8, 9,10:

pero no son creyentes. Pretenden engañar a Allah y a los que creen, pero sólo se engañan a sí mismos sin darse cuenta. En sus corazones hay una enfermedad

Adorar la vida terrenal es el mayor de los pecados:

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 Os he comentado en lecciones anteriores que hay enfermedades del corazón que aparecen tras la muerte y duran eternamente. Dice Allah en la sura de los Poetas, ayaat 88-89: “

El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Sólo quien venga a Allah con un corazón limpio


* Esta traducción está extraída de la pagina web “tanzil.net”. En mi opinión es mas acertada que la de la pagina “quran complexe”

Adorar la vida es una enfermedad, y es el mayor de los pecados. Con adorar la vida no me refiero a comprar una casa con dinero lícito, o casarse con una mujer decente, o ganarse el sustento con un trabajo honrado. Me refiero al hecho de coger lo que no es tuyo, robar, corromper, pasar por encima de todo para lograr tu objetivo. Esta es la adoración peligrosa.

Las enfermedades psíquicas crecen porque el ser humano es en sí mismo dinámico:

 El acto bueno conduce a otro acto mejor, y el acto malo conduce a algo más peligroso. Una mirada o una sonrisa a una mujer puede llevarnos a algo peor. Dice Allah en la sura del Viaje Nocturno, ayat 32:

Y no os acerquéis a la fornicación

Dice también en la sura de la Luz, ayat 21:

No sigáis los pasos del Shaytán


 El ser humano es dinámico, por eso las enfermedades psíquicas y orgánicas empeoran con el tiempo. Si el corazón está enfermo, por ejemplo, y tomas muchos medicamentos esto puede provocar una úlcera y, consecuentemente, un tumor en el estomago. O si la tensión baja y se mantiene así durante más de seis horas, los riñones podrían paralizarse. Si el porcentaje de azúcar en la sangre sube bruscamente, esto podría provocar ceguera o parálisis.

La vida del incrédulo es una cadena de explosivos:

 Dice Allah en la sura al-Baqarah, ayat 10:

En sus corazones hay una enfermedad que Allah les acrecienta.


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 Los incrédulos van de una enfermedad a otra, de una mirada al adulterio y, posiblemente, a la prision o al SIDA. Todo empezó con una simple mirada. El robo, tarde o temprano, conduce al asesinato y, consecuentemente, a la prision. Se divorcia de su mujer por razones estupidas e inconsistentes, y el precio lo pagan los hijos.






El peligro para los musulmanes viene de dentro:

 Queridos hermanos, el peligro viene de dentro. De sobras conocemos a nuestros enemigos de fuera, pero el enemigo interno es el más peligroso, es el hipócrita. Como los incrédulos de todo tipo no pudieron acabar con el Islam desde el exterior a pesar de todas sus alianzas, empezaron a quebrantarlo desde dentro a través de los hipócritas, y ahora vemos musulmanes que permiten lo prohibido y prohíben lo permitido, musulmanes que añaden a la religión cosas extrañas, mientras que otros se dedican al terrorismo. Los hipócritas son el mayor peligro; fingen ser musulmanes y en nombre del Islam cometen atrocidades y dañan la imagen del musulmán. Ahora vemos cómo el Islam se ha convertido en sinónimo de terrorismo.

El creyente acerca y conecta, mientras el hipócrita aleja y separa:

 Los que dicen, por ejemplo: “Sí, claro, el Noble Qur’an es la palabra de Allah, pero amputar la mano es un poco bárbaro; seguramente habrá otra forma de castigar ese mismo delito”. ¿Qué consiguen los musulmanes al pronunciar estas palabras? Destruir los mandamientos del Qur’an. ¿Acaso Allah no sabe que es un castigo bárbaro?
Lo que quiero decir es que si una persona se hace pasar por alguien profundamente religioso y empieza a atacar al Qur’an, a la Sunna o al Profeta de un modo u otro, usando pretendidos argumentos objetivos o científicos, esa persona es un hipócrita que pretende destruir el din de Allah usando esos falsos argumentos, aunque no se de cuenta. Por eso decimos que el mayor peligro viene de dentro, de esta gente que pretende ser creyente.
El Imam Chafei dijo un día una frase muy elocuente:

“prefiero ganarme la vida bailando que predicando”

¿Por qué dijo eso? La persona que baila nunca será un modelo a seguir, pero quien se dedica a predicar engañando a la gente, haciéndoles creer que es un devoto creyente, manipulando los textos a su favor, y cogiendo dinero que no es suyo, será un mal ejemplo y los musulmanes empezaran a alejarse del Islam por culpa de este hipócrita, por eso decimos que el creyente conecta a la gente y el hipócrita la aleja. Dice Allah en la sura al-Baqarah, ayat 27:

Separan lo que Allah mandó mantener unido

La tarea del hipócrita es corromper al creyente y a la atmósfera que le rodea:

 Dice Allah en la sura al-Baqarah, ayaat 10 y 11:

En sus corazones hay enfermedad, y por eso Allah deja que aumente su enfermedad; y les espera un penoso sufrimiento por sus continuas mentiras. Y cuando se les dice: "No sembréis la corrupción en la tierra," contestan: "¡Sólo estamos mejorando las cosas! *

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 Sabemos que el agua no está contaminada cuando no tiene color, ni olor, ni sabor. Entonces, ¿de qué manera podemos contaminarla? Cambiando el color, o el olor, o el sabor. Es decir, corromper algo es cambiar sus elementos básicos. Una mujer corrupta es una mujer que ha perdido su pudor y su decencia; un funcionario corrupto es una persona que no sirve a los ciudadanos; un juez corrupto es una persona injusta; un médico corrupto es el que no da consejos a sus pacientes; un abogado corrupto es el que miente a sus clientes; un profesor corrupto es el que no enseña nada a sus alumnos. Todo oficio, toda persona, tiene dos vías: una vía corrupta y otra ejemplar. El hipócrita busca los placeres de la vida y por ello persuade a la mujer para que se destape, o incita a una persona a robar dinero. La tarea del hipócrita es la de corromper a las personas y el ambiente en el que viven, contaminando el aire y el agua.

El ser humano debe aspirar a la perfección:

 Si por ejemplo nos encontramos con un pozo que está a punto de derrumbarse, tenemos tres opciones: no hacer nada y dejarlo como está, derrumbarlo del todo, o repararlo y fortalecer su estructura. Este último acto es el que debe prevalecer en la actitud del creyente; siempre debe aspirar a la perfección. Hace cincuenta años, todo el mundo bebía tranquilamente de los ríos que surcaban las calles de Damasco; nadie se atrevía a tirar basura a estos ríos. Actualmente, con tanta contaminación como hay, no podemos ni acercarnos a ellos. Vemos también como el agricultor, para aumentar su producción, añade hormonas prohibidas a sus cultivos y no le importa si estas hormonas son cancerígenas o si pueden dañar la tierra. A las vacas, para aumentar su peso, les daban harina de carroña y sangre seca, y el resultado fue la epidemia de las vacas locas, y la consecuente quema de trece millones de vacas equivalentes a treinta y tres mil millones de libras esterlinas. La avaricia y la codicia pueden llevar al ser humano a corromper cualquier cosa para ganar más dinero. Y pretenden que están mejorando las cosas, cuando la verdad es que mejoran solamente sus ingresos y sus intereses mundanos.
En la próxima lección seguiremos hablando más en detalle del carácter y la personalidad de los hipócritas, ya que como hemos dicho anteriormente, son la gente más peligrosa dentro de una sociedad.

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